
✨ Tener altas capacidades mola (aunque a veces el mundo no lo entienda) ✨
Estamos cansados de escuchar que tener altas capacidades es sinónimo de tener problemas. Que si son demasiado intensos, que si no se adaptan, que si tienen dificultades sociales, que si se frustran con facilidad…
¿Y si empezamos a mirar desde otro ángulo? Porque tener altas capacidades mola. Sí, aunque el sistema no siempre esté preparado para asumirlo. El problema no está en los niños. Está en una sociedad diseñada para lo «normotípico», que sigue sin querer salirse del molde.
🌀 ¿Y si fuese al revés?
Imagina una escuela pensada para mentes curiosas, veloces y creativas. Donde la norma fuese aprender por proyectos, investigar lo que apasiona y avanzar según tu ritmo, no según tu edad. Entonces, ¿qué pasaría con los niños que necesitan más repeticiones, más estructura o más tiempo?
Lo que hoy consideramos dificultades en el alumnado con alta capacidad no son fruto de su perfil, sino del desajuste entre lo que necesitan y lo que el entorno les ofrece (Neihart, Pfeiffer & Cross, 2019).
🌟 ¿Qué mola exactamente?
- Tener ideas raras, brillantes y completamente propias
- Cuestionarse el porqué de TODO desde muy pequeños
- Ver patrones donde otros ven ruido
- Tener una creatividad desbordante y una imaginación que te lleva lejos
- Aprender rápido, conectar saberes, inventar, ilusionarse con facilidad
- Disfrutar del conocimiento, debatir, crear, explorar
Tener altas capacidades no es un don místico ni un castigo. Es una forma distinta de procesar el mundo. Y como tal, necesita comprensión y una respuesta educativa adecuada, pero no desde el déficit, sino desde el potencial.
🚫 No somos «más», ni «mejores», pero tampoco un problema que tolerar
Nos han vendido la historia de que las altas capacidades deben esconderse para no molestar. Que lo justo es avanzar todos al mismo ritmo, aunque unos se aburran mortalmente en clase.
Pero igualdad no es uniformidad. Tratar a todos igual sin tener en cuenta sus necesidades es, en realidad, una forma de injusticia.
Como recuerda López Puig (2010), los niños con alta capacidad piensan, sienten y se relacionan de forma diferente. Y si no son comprendidos, pueden sufrir problemas emocionales, escolares o sociales que no derivan de su capacidad, sino del entorno que no les reconoce ni acompaña.
💡 ¿Y si en lugar de taparlos, los acompañamos?
- Con programas de enriquecimiento que les permitan brillar sin que eso signifique avanzar cursos si no es lo adecuado (Renzulli, Reis & Tourón, 2021).
- Con opciones de aceleración bien planificadas, como estrategia legítima y útil cuando hay desajuste curricular (Colangelo, Assouline & Gross, 2004).
- Con entornos emocionales seguros, donde se valore la diferencia y se fomente una mentalidad de crecimiento (Neihart et al., 2019).
💖 Porque sí, tener altas capacidades mola
Y cuando se acompaña bien… Cuando se entiende su forma de aprender y de sentir… Cuando se deja de mirar con lupa lo que «falta» y se empieza a potenciar lo que hay…
🌟 Entonces sucede la magia. 🌟
Y sí, habrá retos —como en cualquier otro perfil—, pero el mayor de todos es este:
👉 Conseguir que un niño o una niña con alta capacidad no tenga que apagarse para encajar.
🌍 Y lo que más mola…
Lo que más mola es imaginar y construir una sociedad que fomente el talento y lo potencie. Una sociedad que entienda que tener personas con pensamiento profundo, crítico y divergente es una oportunidad para avanzar.
Una sociedad que cuida de todos sus ciudadanos, aprovechando sus fortalezas, y que no se deja arrastrar por inercias, sino que defiende lo que importa: la educación, el bienestar común, la justicia, la sensibilidad y el pensamiento libre.
💬 Porque una sociedad que cultiva su talento, es una sociedad que se cuida a sí misma.
-Proyecto Ikaika-