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La regulación emocional en el cerebro neurodivergente.

El uso de la comida 🍫 o el móvil 📱 para calmarse está ligado a la regulación emocional. Cuando el cerebro siente estrés, ansiedad o aburrimiento, busca alivio inmediato, y en personas neurodivergentes como aquellas con TDAH, autismo, altas capacidades o ansiedad, esta necesidad puede ser más intensa y difícil de gestionar.

En el TDAH, la impulsividad y la baja regulación dopaminérgica hacen que la comida o el móvil sean refuerzos rápidos 🧠⚡. En el autismo, la comida puede brindar confort sensorial y el móvil, reducir la sobrecarga 📲🌿. Las personas con altas capacidades experimentan emociones intensas, usando el móvil para hiperfocalizarse o la comida como refugio emocional 🔍🌊. En la ansiedad, el cerebro busca seguridad en alimentos reconfortantes o distracciones digitales 🍕🎧.

A corto plazo, estos mecanismos pueden ofrecer una sensación de calma y control, pero cuando se convierten en la única vía de regulación emocional, pueden generar consecuencias negativas. Refugiarse en la comida de manera recurrente puede provocar una relación poco saludable con la alimentación, favoreciendo el hambre emocional, la sobrealimentación o incluso trastornos de la conducta alimentaria ⚠️🥀. Por otro lado, el uso excesivo del móvil puede afectar la atención, el sueño y la gestión emocional, dificultando la conexión con el mundo real y la capacidad de tolerar la frustración 😵‍💫📵. Además, depender solo de estas estrategias impide el desarrollo de recursos internos para afrontar el estrés de manera efectiva, lo que puede aumentar la sensación de vulnerabilidad emocional en la vida adulta.

Si eres madre o padre, es fundamental entender que prohibir sin más ❌ no es la solución. En su lugar, es mejor acompañar a tu hijo en la identificación de sus emociones y en la búsqueda de estrategias más saludables 🎨🎶🚶. Ofrecer alternativas como el movimiento, la música o la escritura puede ayudarle a encontrar otras formas de calmarse sin depender exclusivamente de la comida o la tecnología. También es importante modelar un uso equilibrado de estas herramientas, ya que los niños aprenden a través de la observación. Si ven que los adultos a su alrededor gestionan el estrés de forma consciente y variada, será más fácil que incorporen estos aprendizajes en su propia vida.

Además, validar sus emociones sin minimizar lo que sienten es clave. Frases como “Entiendo que te ayude mirar el móvil cuando te sientes ansioso, pero también podemos probar otra cosa juntos” abren el diálogo y permiten ampliar su repertorio de regulación. Anticiparse a los momentos de saturación y crear rutinas predecibles 🕰️ ayudan a reducir la necesidad de recurrir al móvil o la comida como única fuente de bienestar. Pequeños cambios, introducidos de manera progresiva y respetuosa, pueden marcar una gran diferencia en su desarrollo emocional.

Cada niño es único 🌟 y necesita estrategias adaptadas a su perfil y forma de procesar el mundo. Con paciencia, comprensión y herramientas adecuadas, aprenderá a gestionar sus emociones de manera más saludable y equilibrada, desarrollando recursos internos que le permitirán afrontar los desafíos de la vida con mayor seguridad y bienestar. 💙✨

-Proyecto IKAIKA-